INTRODUCCIÓN
Los hábitos alimentarios poco saludables son un problema global entre los escolares. Según un informe de UNICEF, uno de cada cuatro niños menores de cinco años vive en pobreza alimentaria severa, lo que representa a 181 millones de niños en todo el mundo. Esta situación se ve agravada por la crisis alimentaria y nutricional global, los conflictos locales y los choques climáticos, especialmente en países frágiles. Además, los niños en situación de pobreza alimentaria severa carecen de acceso a alimentos ricos en nutrientes, mientras que los alimentos no saludables se están convirtiendo en una parte habitual de sus dietas. Esta situación está impulsando la desnutrición infantil, siendo la prevalencia de la pobreza alimentaria severa tres veces mayor en países con una alta prevalencia de retraso en el crecimiento infantil [1]. En América Latina, muchos estudiantes tienen estilos de vida no saludables, incluyendo un alto consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas. En Perú, un estudio de 2010-2011 destaca que muchos estudiantes de secundaria tienen dietas no balanceadas y baja actividad física [2,3].
La educación en salud promueve conocimientos y prácticas saludables en individuos y comunidades. El bienestar adolescente es crucial en salud pública, ya que sus conductas impactan su futuro. La salud influye en la educación, y una salud deficiente afecta el aprendizaje. Las escuelas, la familia, los medios y las presiones de grupo influyen en la salud. Los programas de promoción de salud son efectivos en desarrollar hábitos saludables, pero desafíos como el consumo de sustancias, la inactividad física y dietas no balanceadas persisten, contribuyendo a enfermedades no transmisibles en los jóvenes. Es esencial implementar estrategias educativas para abordar estos factores y promover un desarrollo saludable desde la adolescencia [4,5].
Se ha documentado ampliamente que los adolescentes tienden a adoptar múltiples comportamientos de riesgo que suelen coexistir y exacerbar sus efectos negativos sobre la salud. Por ejemplo, el consumo de tabaco, alcohol y drogas, la inactividad física y los hábitos alimenticios poco saludables se han asociado con un aumento en la prevalencia de ENT como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares [6,7]. A nivel global, varios estudios han resaltado la asociación entre estos comportamientos y factores socioeconómicos y ambientales, indicando que los adolescentes que viven en contextos de baja cohesión social o con acceso limitado a recursos de salud tienen mayores probabilidades de adoptar conductas de riesgo [4].
En el contexto específico de Ayacucho, Perú, existe una notable carencia de estudios que exploren detalladamente los comportamientos de los adolescentes y sus determinantes. La región presenta características socioculturales y económicas únicas que pueden influir significativamente en estos patrones de comportamiento, justificando la necesidad de investigaciones locales para obtener datos precisos y contextualizados. Diversos estudios, incluyendo uno aplicado en Perú durante 2010-2011 [8], resaltan un alto porcentaje de estudiantes con estilos de vida no saludables. Los alumnos de cuarto y quinto año de secundaria, próximos a incorporarse a la sociedad, reflejarán los conocimientos y prácticas aprendidos en su etapa escolar. Comprender estas dinámicas es esencial para diseñar e implementar intervenciones efectivas que promuevan comportamientos saludables y reduzcan las conductas de riesgo entre los jóvenes, contribuyendo así a la salud pública. Por ello, el objetivo de este estudio es determinar los comportamientos saludables en escolares de cuarto y quinto año de la Institución Educativa Privada Federico Froebel (IEPFF) de Ayacucho, Perú, en el 2021.
METODOLOGÍA
Tipo y diseño de investigación:
Se llevó a cabo un estudio descriptivo, observacional y transversal en el Instituto de Educación Privada "Fe y Futuro" (IEPFF) de Ayacucho durante el tercer trimestre escolar del año 2021. Ayacucho es una región situada en el centro-sur de Perú, el IEPFF es una institución educativa que ofrece niveles de educación básica, desde primaria hasta secundaria. El estudio se realizó en un contexto escolar, durante un período en el cual las clases presenciales se vieron afectadas por la pandemia de COVID-19, lo que pudo influir en los hábitos y comportamientos de los estudiantes analizados.
Variables y operacionalización
En esta investigación, se usó como base el "Cuestionario de Creencias y Prácticas sobre Estilos de Vida Saludable," diseñado por Marcela Arrivillaga Quintero e Isabel Sálazar Torres [8]. Las autoras validaron este instrumento por juicio de expertos (5 expertos), en Colombia, año 2002. Posteriomente, Lita Palomares usó y adaptó este cuestionario, haciendo una readaptación a sólo prácticas de estilo de vida saludables, validándolo por juicio de expertos (3 expertos), en Perú, año 2014. Este mismo cuestionario ya adaptado, se utilizó para la investigación, realizándose una prueba piloto a 25 personas, estudiantes de medicina que cursaban el séptimo año de estudios (internado médico), del Hospital Nacional Dos de Mayo, los cuales equivalen a un 43.1% del total de internos del Hospital de Ventanilla. Finalmente, se calculó el coeficiente Alfa de Cronbach para medir la confiabilidad del cuestionario, obteniéndose como resultado un Alfa de Cronbach global de 0,760.
El segundo instrumento es la ficha de recolección de datos para la evaluación del estado nutricional, la cual consta de espacios asignados para llenado de talla en metros, peso en kilogramos, y el consiguiente índice de masa corporal con sus clasificaciones correspondientes. Así mismo, un espacio para el llenado del perímetro abdominal en centímetros, con su clasificación según sexo del encuestado.
Población, muestra y muestreo
La población del estudio estuvo compuesta por 140 estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria. No se realizó muestreo, dado que toda la población fue accesible. La tasa de respuesta fue del 78,6 %, resultando en una muestra final de 110 estudiantes. Este tamaño de muestra proporcionó una precisión superior al 5% para variables como hábitos alimenticios, consumo de sustancias, violencia y conductas sexuales, basándose en estudios previos en escolares [914].
Técnicas e instrumentos de recolección de datos, validez y confiabilidad
Para la recolección de datos, se utilizó el cuestionario Global School-based Student Health Survey (GSHS), un instrumento previamente validado en la población peruana durante la Encuesta Mundial de Salud a Escolares del año 2010 [9]. El cuestionario GSHS mide específicamente las siguientes variables: conducta alimentaria, higiene, consumo de tabaco, alcohol y drogas, violencia y traumatismos no intencionales, salud mental, conducta sexual de riesgo, actividad física y factores protectores. Además de las variables del GSHS, se incluyeron otras variables adicionales como parte del instrumento: características sociodemográficas (sexo, edad, año de estudios) y estado nutricional (estado nutricional clasificado como peso saludable, sobrepeso y obesidad, así como el índice de masa corporal (IMC) para la edad clasificado según las tablas del Centers for Disease Control and Prevention (CDC) [15].
Procedimientos
Para llevar a cabo el estudio, se solicitó y obtuvo el permiso correspondiente de la dirección del IEPFF. El proceso de recolección de datos se realizó de manera virtual debido a las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19. El cuestionario GSHS, junto con las variables adicionales, fue distribuido a los estudiantes a través de Google Forms. Antes de la distribución del cuestionario, se obtuvo el consentimiento informado de los padres o tutores y el asentimiento de los estudiantes, utilizando formularios en Microsoft Forms. Estos documentos fueron gestionados y distribuidos por los docentes tutores a través de las plataformas de comunicación digital del colegio, como los grupos de WhatsApp y Facebook Messenger, facilitando el acceso y la participación de los estudiantes en el estudio.
Análisis estadístico
Para el análisis estadístico de los datos se utilizó el software SPSS® Statistics V25.0. Las variables categóricas se resumieron mediante frecuencias y porcentajes, mientras que las variables continuas se describieron con medidas de tendencia central y dispersión.
Aspectos éticos
El estudio fue autorizado por el Comité Institucional de Ética en Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Martín de Porres (USMP) y por la dirección de la institución educativa, mediante una carta firmada por la directora. Para garantizar el cumplimiento de los principios éticos, se siguieron las directrices establecidas en la Declaración de Helsinki. Se obtuvo el consentimiento informado de los padres y el asentimiento informado de los estudiantes, asegurando que ambos documentos se completaran antes de que los estudiantes accedieran al cuestionario. Las respuestas de los estudiantes fueron confidenciales y anónimas, y los resultados se usaron exclusivamente para fines de investigación.
Tabla 1. Características sociodemográficas y nutricionales de los estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria de un colegio de Ayacucho.
Variables sociodemográficas | Frecuencia (N) | Porcentaje (%) |
---|---|---|
Sexo | ||
Femenino | 48 | 43,6 |
Masculino | 62 | 56,4 |
Edad (años) | ||
14 | 4 | 3,6 |
15 | 34 | 30,9 |
16 o más | 72 | 65,5 |
Año de estudios | ||
4to año de secundaria | 42 | 38,2 |
5to año de secundaria | 68 | 61,8 |
Estado nutricional | ||
Peso saludable | 66 | 60,0 |
Sobrepeso | 25 | 22,7 |
Obesidad | 19 | 17,3 |
Total | 110 | 100 |
Tabla 2. Actividad física, hábitos alimentarios e higiene según sexo de los estudiantes de cuarto y quinto año de
Variables | Femenino, n (%) | Masculino, n (%) | Total, n (%) | |
---|---|---|---|---|
Actividad física | ||||
Días de actividad física de al menos 60 min/día, últimos 7 días | 0 | 8 (16,7) | 4 (6,3) | 12 (10.7) |
1 | 6 (12,5) | 6 (9,4) | 12 (10.7) | |
2 a 3 | 18 (37,5) | 30 (46,9) | 48 (42.9) | |
4 a 5 | 12 (25,0) | 14 (21,9) | 26 (23.2) | |
6 a 7 | 4 (8,3) | 10 (15,6) | 14 (12.5) | |
Días de casa a escuela a pie o en bicicleta, últimos 7 días | 0 | 8 (16,7) | 2 (3,1) | 10 (8,9) |
1 | 8 (16,7) | 4 (6,3) | 12 (10,7) | |
2 a 3 | 14 (29,2) | 24 (37,5) | 38 (33,9) | |
4 a 5 | 10 (20,8) | 22 (34,9) | 32 (28,6) | |
6 a 7 | 8 (16,7) | 12 (18,8) | 20 (17,9) | |
Días en los que fue a clase de educación física este año | 0 | 20 (41,7) | 22 (34,4) | |
1 | 10 (20,8) | 18 (28,1) | 42 (37,5) | |
2 a 3 | 6 (12,5) | 8 (12,5) | 28 (25,0) | |
5 o más | 12 (25,0) | 16 (25,0) | 14 (12,5) | |
Tiempo (en horas) de sedentarismo en un día típico | 1 a 2 | 0 (0,00) | 4 (6,3) | |
3 a 4 | 2 (4,2) | 8 (12,5) | 4 (3,6) | |
5 a 6 | 14 (29,2) | 24 (37,5) | 10 (8,9) | |
7 a 8 | 8 (16,7) | 16 (25,0) | 38 (33,9) | |
Más de 8 | 16 (33,3) | 2 (3,13) | 24 (21,4) | |
Menos de 1 | 8 (16,7) | 10 (15,6) | 18 (16,1) | |
Hábitos alimentarios | ||||
Frecuencia en la que se quedó con hambre por falta de comida en casa, últimos 30 días | Nunca | 14 (29,2) | 26 (40,6) | 40 (35,7) |
Rara vez | 20 (41,7) | 20 (31,3) | 40 (35,7) | |
Algunas veces | 12 (25,0) | 14 (21,9) | 26 (23,2) | |
Casi siempre | 2 (4,2) | 2 (3,1) | 4 (3,6) | |
Siempre | 0 (0,00) | 2 (3,1) | 2 (1,8) | |
Veces en las que comió frutas por día, últimos 30 días | Ninguna | 0 (0,00) | 2 (3,1) | 2 (1,8) |
Menos de 1 | 8 (16,7) | 12 (18,8) | 20 (17,9) | |
1 a 2 | 28 (58,3) | 36 (56,3) | 64 (57,2) | |
3 a 4 | 8 (16,7) | 8 (12,5) | 16 (14,3) | |
5 o más | 4 (8,3) | 6 (9,4) | 10 (8,9) | |
Veces al día en las que comió verduras y hortalizas, últimos 30 días | Ninguna | 2 (4,2) | 4 (6,3) | 6 (5,4) |
Menos de 1 | 4 (8,3) | 4 (6,3) | 8 (7,1) | |
1 a 2 | 26 (54,2) | 36 (56,3) | 62 (55,4) | |
3 a 4 | 14 (29,2) | 8 (12,5) | 22 (19,6) | |
5 o más | 14 (4,2) | 12 (18,8) | 26 (12.5) | |
Veces al día en las que tomó gaseosas, últimos 30 días | Ninguna | 12 (25,0) | 16 (25,0) | 28 (25,0) |
Menos de 1 | 22 (45,8) | 30 (46,9) | 52 (46,4) | |
1 a 2 | 12 (25,0) | 8 (12,5) | 20 (17,9) | |
3 a 4 | 2 (4,2) | 8 (12,5) | 10 (8,9) | |
5 o más | 0 (0,00) | 2 (3,1) | 2 (1,8) | |
Días en los que comió en un restaurante de comida rápida, últimos 7 días | 0 | 6 (12,5) | 14 (18,2) | 20 (17,9) |
1 - 2 | 38 (79,2) | 44 (57,1) | 82 (73,2) | |
3 a 4 | 4 (8,3) | 6 (7,8) | 10 (8,9) |
Tabla 3. Consumo de sustancias tóxicas, violencia y traumatismos no intencionales según sexo de los estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria de un colegio de Ayacucho.
Variables | Femenino, n (%) | Masculino, n (%) | Total, n (%) | |
---|---|---|---|---|
Consumo de tabaco | ||||
Edad al fumar cigarro por primera vez | Nunca | 42 (87,5) | 34 (54,8) | 76 (69,1) |
10 u 11 | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
12 o 13 | 0 (0,0) | 4 (6,5) | 4 (3,6) | |
14 o 15 | 6 (12,5) | 12 (19,4) | 18 (16,4) | |
16 o más | 0 (0,0) | 10 (16,1) | 10 (9,1) | |
Días fumando cigarrillo, últimos 30 días | 0 | 48 (100,0) | 50 (80,7) | 98 (89,1) |
1 o 2 | 0 (0,0) | 12 (19,3) | 12 (10,9) | |
Días usando otras formas de tabaco, últimos 30 días | 0 | 48 (100,0) | 62 (100,0) | 110 (100,0) |
Ha intentado dejar de fumar cigarrillos, últimos 12 meses | Sí | 2 (4,2) | 6 (9,7) | 8 (7,3) |
No | 46 (95,8) | 56 (90,3) | 102 (92,7) | |
Días en las que otras personas fumaron en su presencia, últimos 7 días | 0 | 36 (75,0) | 34 (54,8) | 70 (63,6) |
1 o 2 | 8 (16,7) | 26 (41,9) | 34 (30,9) | |
3 o 4 | 2 (4,2) | 2 (3,2) | 4 (3,6) | |
5 o 6 | 2 (4,2) | 0 (0,0) | 2 (1,8) | |
Cuál de los padres o tutores usa alguna forma de tabaco o cigarrillo | Ninguno | 46 (95,8) | 56 (90,3) | 102 (92,7) |
Madre o tutora | 2 (4,2) | 2 (3,2) | 4 (3,6) | |
Padre o tutor | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
No sabe | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
Aceptaría si uno de sus mejores amigos o amigas ofreciera un cigarrillo | Definitivamente no | 32 (66,7) | 32 (51,6) | 64 (58,2) |
Probablemente no | 14 (29,2) | 14 (22,6) | 28 (25,5) | |
Probablemente sí | 2 (4,1) | 16 (25,8) | 18 (16,4) | |
Consumo de alcohol | ||||
Edad al tomar primer trago de alcohol | Nunca | 14 (29,2) | 12 (19,4) | 26 (23,6) |
7 o menos | 0 (0,0) | 4 (6,5) | 4 (3,6) | |
8 o 9 | 2 (4,2) | 0 (0,0) | 2 (1,8) | |
12 o 13 | 0 (0,0) | 6 (9,7) | 6 (5,5) | |
14 o 15 | 26 (54,2) | 30 (48,4) | 56 (50,9) | |
16 o más | 6 (12,5) | 10 (16,1) | 16 (14,5) | |
Días tomando al menos una bebida con alcohol, últimos 30 días | 0 | 30 (62,5) | 15 (24,2) | 45 (40,9) |
1 a 2 | 14 (29,2) | 24 (38,7) | 38 (34,5) | |
3 a 5 | 0 (0,0) | 8 (12,9) | 8 (7,3) | |
10 a 19 | 4 (8,3) | 15 (24,2) | 19 (17,3) | |
Forma como consiguió una bebida alcohólica, últimos 30 días | Dar dinero a otra persona | 0 (0,0) | 4 (6,5) | 4 (3,6) |
En tienda, mercado o calle | 4 (8,3) | 10 (16,1) | 14 (12,7) | |
De la familia | 4 (8,3) | 6 (9,7) | 10 (9,1) | |
De los amigos | 8 (16,7) | 14 (22,6) | 22 (20,0) | |
De otra manera | 2 (4,2) | 4 (6,5) | 6 (5,5) | |
Sin permiso | 2 (4,2) | 0 (0,0) | 2 (1,8) | |
Tragos tomados por día (días que tomó) (n=58) | 1 | 6 (30,0) | 8 (21,1) | 14 (24,1) |
2 | 4 (20,0) | 4 (10,5) | 8 (13,8) | |
3 | 4 (20,0) | 6 (15,8) | 10 (17,2) | |
4 | 2 (10,0) | 4 (10,5) | 6 (10,3) | |
Menos de 1 | 4 (20,0) | 16 (42,1) | 20 (34,5) | |
Veces en los que se alcoholizó en toda su vida | 0 | 36 (75,0) | 40 (64,5) | 76 (69,1) |
1 o 2 | 8 (16,7) | 18 (29,0) | 26 (23,6) | |
3 o 9 | 4 (8,3) | 4 (6,5) | 8 (7,3) | |
Veces en los que ha tenido problemas como resultado de tomar alcohol | 0 | 44 (91,7) | 52 (83,9) | 96 (87,3) |
1 o 2 | 4 (8,3) | 10 (16,1) | 14 (12,7) |
Tabla 4. Violencia y traumatismos no intencionales según sexo de los estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria de un colegio de Ayacucho.
Variables | Femenino, n (%) | Masculino, n (%) | Total, n (%) | |
---|---|---|---|---|
Violencia y traumatismos no intencionales | ||||
Veces que ha sido víctima de agresión física, últimos 12 meses | Ninguna | 32 (66,7) | 50 (80,7) | 82 (74,5) |
1 | 6 (12,5) | 8 (12,9) | 14 (12,7) | |
2 o 3 | 4 (8,3) | 2 (3,2) | 6 (5,5) | |
4 o 5 | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
10 u 11 | 2 (4,2) | 0 (0,0) | 2 (1,8) | |
12 o más | 4 (8,3) | 0 (0,0) | 4 (3,6) | |
Veces en las que participó de una pelea física, últimos 12 meses | Ninguna | 48 (100) | 52 (83,9) | 100 (90,9) |
1 | 0 (0,0) | 8 (12,9) | 8 (7,3) | |
2 o 3 | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
Veces que tuvo una lesión seria o grave, últimos 12 meses | Ninguna | 32 (66,7) | 44 (71,0) | 76 (69,1) |
1 | 12 (25,0) | 8 (12,9) | 20 (18,2) | |
2 o 3 | 2 (4,2) | 8 (12,9) | 10 (9,1) | |
4 o 5 | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
6 o 7 | 2 (4,2) | 0 (0,0) | 2 (1,8) | |
Lesión más seria o grave que tuvo, últimos 12 meses (n=38) | Hueso roto o articulación dislocada | 2 (10,0) | 8 (44,4) | 10 (26,3) |
Corte, punzada o puñalada | 2 (10,0) | 2 (11,1) | 4 (10,5) | |
Otra cosa | 16 (80,0) | 8 (44,4) | 24 (63,2) | |
Causa principal de la lesión seria o grave, últimos 12 meses (n=54) | Caída | 14 (53,8) | 14 (50,0) | 28 (51,9) |
Algo lo golpeó | 4 (15,4) | 2 (7,1) | 6 (11,1) | |
Agresión | 0 (0,0) | 2 (7,1) | 2 (3,7) | |
Algo distinto | 8 (30,8) | 10 (35,8) | 18 (33,3) | |
Días intimidado o humillado, últimos 30 días | Ninguno | 30 (62,5) | 52 (83,9) | 82 (74,5) |
1 o 2 | 6 (12,5) | 8 (12,9) | 14 (12,7) | |
3 a 5 | 2 (4,2) | 2 (3,2) | 4 (3,6) | |
6 a 9 | 4 (8,3) | 0 (0,0) | 4 (3,6) | |
10 a 19 | 6 (12,5) | 0 (0,0) | 6 (5,5) | |
Forma de intimidación o humillación (n=26) | Exclusión grupal | 2 (11,1) | 4 (50,0) | 6 (23,1) |
Burla debido al aspecto | 8 (44,4) | 2 (25,0) | 10 (38,5) | |
Otra manera | 8 (44,4) | 2 (25,0) | 10 (38,5) |
Tabla 5. Comportamiento sexual relacionado a la infección por el VIH y conocimientos sobre el VIH-SIDA según sexo de los estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria de un colegio de Ayacucho.
Variables | Femenino n (%) | Masculino n (%) | Total N (%) | |
---|---|---|---|---|
Comportamientos sexuales | ||||
Inicio de RS | Sí | 6 (12,5) | 28 (45,2) | 34 (30,9) |
No | 42 (87,5) | 34 (54,8) | 76 (69,1) | |
Edad de inicio de RS (n=34) | 13 | 0 (0,0) | 2 (7,1) | 2 (5,9) |
14 | 2 (33,3) | 2 (7,1) | 4 (11,8) | |
15 | 2 (33,3) | 10 (35,7) | 12 (35,3) | |
16 o más | 2 (33,3) | 14 (50,0) | 16 (47,1) | |
Número de parejas sexuales en toda su vida (n=32) | 1 | 2 (33,3) | 8 (30,8) | 10 (31,3) |
2 | 0 (0,0) | 8 (30,8) | 8 (25,0) | |
3 | 4 (66,7) | 6 (23,1) | 10 (31,3) | |
4 | 0 (0,0) | 2 (7,7) | 2 (6,3) | |
5 | 0 (0,0) | 2 (7,7) | 2 (6,3) | |
Uso de preservativo (condón) en la última RS (n=34) | Sí | 2 (33,3) | 26 (92,9) | 28 (82,4) |
No | 4 (66,7) | 2 (7,1) | 6 (17,6) | |
Uso de otros métodos anticonceptivos en la última RS (n=32) | Sí | 2 (33,3) | 16 (61,5) | 18 (56,3) |
No | 4 (66,7) | 10 (38,5) | 16 (50,0) | |
Forma de conseguir un anticonceptivo | Le daría dinero a alguien más | 2 (4,2) | 6 (9,7) | 8 (7,3) |
De una farmacia o EESS | 44 (91,7) | 52 (83,9) | 96 (87,3) | |
De una máquina surtidora | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
No sabe | 2 (4,2) | 2 (3,2) | 4 (3,6) | |
Conocimientos sobre el VIH/SIDA | ||||
Ha oído alguna vez sobre el VIH/SIDA | Sí | 48 (100,0) | 54 (87,1) | 102 (92,7) |
No | 0 (0,0) | 8 (12,9) | 8 (7,3) | |
Enseñanza escolar en alguna clase | Sí | 26 (54,2) | 38 (61,3) | 64 (58,2) |
No | 20 (41,7) | 16 (25,8) | 36 (32,7) | |
No sé | 2 (4,2) | 8 (12,9) | 10 (9,1) | |
Enseñanza escolar sobre cómo evitarla | Sí | 24 (50,0) | 38 (61,3) | 62 (56,4) |
No | 24 (50,0) | 16 (25,8) | 40 (36,4) | |
No sé | 0 (0,0) | 8 (12,9) | 8 (7,3) | |
Alguna vez ha hablado con sus padres o tutores | Sí | 28 (58,3) | 30 (48,4) | 58 (52,7) |
No | 20 (41,7) | 32 (51,6) | 52 (47,3) |
Tabla 6. Salud mental según sexo de los estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria de un colegio de Ayacucho.
Variables | Femenino, n (%) | Masculino, n (%) | Total, n (%) | |
---|---|---|---|---|
Salud mental | ||||
Frecuencia en la que se ha sentido solo (a), últimos 12 meses | Nunca | 2 (4,2) | 6 (10,7) | 8 (7,7) |
Rara vez | 6 (12,5) | 22 (39,3) | 28 (26,9) | |
Algunas veces | 14 (29,2) | 12 (21,4) | 26 (25,0) | |
Casi siempre | 26 (54,2) | 16 (28,6) | 42 (40,4) | |
Frecuencia en la que ha estado preocupado (a) que no podía dormir, últimos 12 meses | Nunca | 2 (4,2%) | 6 (10,7%) | 8 (7,3%) |
Rara vez | 10 (20,8%) | 12 (21,4%) | 22 (20,0%) | |
Algunas veces | 18 (37,5%) | 18 (32,1%) | 36 (32,7%) | |
Casi siempre | 16 (33,3%) | 16 (28,6%) | 32 (29,1%) | |
Siempre | 2 (4,2%) | 0 (0,0%) | 2 (1,8%) | |
Consideró la posibilidad de quitarse la vida, últimos 12 meses | Sí | 20 (41,7) | 18 (32,1) | 38 (36,5) |
No | 28 (58,3) | 38 (67,9) | 72 (63,5) | |
Ha hecho algún plan de cómo intentaría quitarse la vida, últimos 12 meses | Sí | 22 (45,8) | 8 (12,9) | 30 (27,3) |
No | 26 (54,2) | 54 (87,1) | 80 (72,7) | |
Número de veces que intentó quitarse la vida | 0 | 32 (66,7) | 52 (83,9) | 84 (76,4) |
1 | 12 (25,0) | 6 (9,7) | 18 (16,4) | |
2 o 3 | 2 (4,2) | 2 (3,2) | 4 (3,6) | |
4 o 5 | 0 (0,0) | 2 (3,2) | 2 (1,8) | |
6 o más | 2 (4,2) | 0 (0,0) | 2 (1,8) |
RESULTADOS
En la tabla 1 se puede observar que 62 estudiantes (56,4) son del sexo masculino y 48 (43,6) del femenino. En cuanto a la edad, 4 estudiantes (3,6) tienen 14 años, 34 (30,9) tienen 15 años, y 72 (65,5) tienen 16 años o más. Respecto al año de estudios, 42 estudiantes (38,2) están en el 4to año de secundaria, mientras que 68 (61,8) se encuentran en el 5to año. En términos de estado nutricional, 66 estudiantes (60,0) presentan un peso saludable, 25 (22,7) tienen sobrepeso, y 19 (17,3) se clasifican como obesos. El total de participantes es de 110 estudiantes.
En la Tabla 2 se puede observar que, en términos de actividad física, la mayoría de los estudiantes realizan ejercicio entre 2 a 3 días por semana, con un 37,5% de las mujeres y un 46,9% de los hombres en esta categoría. En cuanto a los hábitos alimentarios, un 57,2% consume frutas entre 1 a 2 veces al día, mientras que un 55,4% consume verduras con la misma frecuencia. En higiene, un 47,3% de los estudiantes se cepillan los dientes dos veces al día y un 46,4% se lavan las manos siempre antes de comer (material suplementario, Tabla S1).
En la Tabla 3 se puede apreciar que la mayoría de los estudiantes nunca ha fumado cigarrillos, con un 87,5% de mujeres y un 54,8% de hombres reportando no haberlo hecho. En cuanto al consumo de alcohol, el 50,9% de los estudiantes tuvo su primer trago entre los 14 y 15 años. Además, el 69,1% de los estudiantes nunca ha consumido drogas, y ninguno ha reportado uso de marihuana, anfetaminas o metanfetaminas en los últimos 30 días. Por otro lado, el 91,7% de las mujeres y el 83,9% de los hombres no han experimentado problemas relacionados con el consumo de alcohol. La mayoría de los estudiantes, un 98,2%, nunca ha consumido drogas, con el 95,8% de las mujeres y el 100% de los hombres reportando nunca haberlo hecho.
Solo dos estudiantes, ambos del sexo femenino y representando el 4,2% de las mujeres encuestadas, indicaron haber consumido drogas entre los 14 y 15 años de edad. Además, en los últimos 30 días, ninguno de los estudiantes ha consumido marihuana, anfetaminas o metanfetaminas, con un 100% de respuesta negativa en ambos sexos.
En la Tabla 4 se observa que, en cuanto a violencia y traumatismos no intencionales, el 74,5% de los estudiantes no ha sido víctima de agresión física en los últimos 12 meses. Sin embargo, un 25% de las mujeres y un 16,1% de los hombres reportaron haber sido intimidados o humillados en algún momento durante el último mes. Además, el 69,1% no sufrió lesiones serias en el mismo periodo, con las caídas siendo la causa más común entre aquellos que sí experimentaron lesiones. En términos de participación en peleas físicas, el 90,9% de los estudiantes no estuvo involucrado en ninguna.
En la Tabla 5 se aprecia que el 30,9% de los estudiantes ha iniciado relaciones sexuales (RS), con una mayor prevalencia en hombres (45,2%) que en mujeres (12,5%). Entre los que han tenido RS, la mayoría de los hombres (92,9%) utilizó preservativo en su última experiencia, en contraste con el 33,3% de las mujeres. Además, el 92,7% de los estudiantes ha oído hablar del VIH/SIDA, y el 58,2% recibió educación sobre el tema en la escuela. Respecto a la comunicación con padres o tutores, el 52,7% de los estudiantes discutió alguna vez sobre el VIH/SIDA con ellos.
En la Tabla 6 se muestra que en términos de salud mental, el 40,4% de los estudiantes se ha sentido solo casi siempre en los últimos 12 meses, y el 29,1% ha tenido problemas para dormir debido a preocupaciones frecuentes. Además, el 36,5% consideró la posibilidad de quitarse la vida, y el 27,3% hizo algún plan para hacerlo. En cuanto a las relaciones con el entorno escolar y vínculos parentales, el 40,0% de los estudiantes percibe que sus compañeros son amables y prestan ayuda con frecuencia, mientras que el 38,2% informó que sus padres o tutores rara vez sabían lo que hacían en su tiempo libre. Todos los estudiantes han tenido designado un tutor para su sección y han recibido una hora semanal de tutoría. Además, el 72,7% siente que su docente tutor se preocupa por ellos (material suplementario, Tabla S2).
DISCUSIÓN
Se encontró que el 22,7 % de los estudiantes presentan sobrepeso y el 17,3 % obesidad. Estos resultados son alarmantes cuando se comparan con otros estudios en Perú. Por ejemplo, Mamani reportó en Lima una prevalencia de sobrepeso del 20,2 % y de obesidad del 12,1 % en escolares, utilizando el IMC como medida principal [16]. En Huánuco, según Céspedes-Espinoza, los porcentajes fueron de 25,2 % para el sobrepeso y 3,5 % para la obesidad [17]. Chui Betancur et al. encontraron que, en Puno, la prevalencia de obesidad se relacionaba significativamente con la falta de actividad física y malos hábitos alimenticios [18]. Por el contrario, Bastidas Ricaldi et al. observaron que, en Lima, la mayoría de los escolares tenían un IMC normal (73,6 %), además, existía una relación significativa entre el conocimiento de las madres sobre loncheras saludables y el estado nutricional de sus hijos [19].
El bajo consumo diario de frutas y verduras entre los estudiantes de Ayacucho se asemeja a los patrones observados en otros estudios regionales. En un estudio realizado en Chile, Gaete- Rivas et al. señalaron una baja frecuencia de consumo saludable de frutas y verduras entre los escolares, lo cual también se asoció con diferencias en el rendimiento académico [20]. Similarmente, Alsubaie encontró que en Arabia Saudita, la mayoría de los escolares no consumía frutas (69%) ni verduras (71,4%) diariamente [21]. Además, Pastor Rodríguez, en un análisis de los hábitos saludables en escolares peruanos, identificó deficiencias significativas en el consumo de frutas y verduras, atribuidas a factores como creencias erróneas y malas prácticas alimenticias [22]. La adolescencia es un periodo crítico para el desarrollo de trastornos nutricionales y deficiencias de nutrientes [10,2326]. La prevalencia de sobrepeso y obesidad entre los estudiantes, junto con los malos hábitos alimentarios, subraya la necesidad de intervenciones nutricionales tempranas y educativas para promover dietas equilibradas y hábitos de vida saludables.
Cuatro a cinco de cada diez estudiantes practican actividad física al menos dos o tres veces por semana. El 56,3 % de la población pasa entre tres y seis horas de sedentarismo al día, y el 38,2 % no asiste a clases de educación física. Estos resultados son consistentes con hallazgos en otros estudios. Por ejemplo, Sánchez Caballero et al. reportaron que una baja proporción de niños en Jalisco, México, realizan actividad física regular, lo cual se asocia con un mayor riesgo de obesidad y resistencia a la insulina [27]. En España, Rodríguez-Fernández et al. encontraron que tanto niños como niñas están por debajo de las recomendaciones de actividad física diaria establecidas por la OMS, con un preocupante incremento de estilos de vida sedentarios [28]. Asimismo, Yáñez Cárdenas et al. en Lima, Perú, señalaron que el nivel de actividad física entre los escolares es predominantemente bajo, con solo un pequeño porcentaje de estudiantes participando en actividad física intensa [29]. El lavado de manos mostró un alto porcentaje de respuestas regulares o adecuadas, promovido por la COVID-19 [3033]. La insuficiente actividad física y la mala higiene bucal entre los adolescentes destacan la necesidad de programas educativos y políticas que fomenten estilos de vida más activos y hábitos de higiene adecuados desde temprana edad.
La edad de inicio más prevalente fue entre los catorce y quince años (16,4 %). El 69,1 % de los estudiantes nunca ha fumado, similar a Durand et al. [11] en Perú. El 92,7 % de los estudiantes tienen padres que no consumen tabaco, y el 63,6 % no han tenido influencia de personas que fuman en su entorno. El 76,4 % de los adolescentes ha consumido alcohol alguna vez; el 50,9 % tiene catorce o quince años, y los amigos son la principal fuente de alcohol. Estos hallazgos son consistentes con estudios previos en Perú. Por ejemplo, Cabanillas-Rojas señaló una creciente prevalencia del consumo de alcohol entre adolescentes peruanos, con una tendencia preocupante hacia la normalización del consumo de alcohol en ambos géneros [34]. Similarmente, Molina-Quiñones y Salazar-Taquiri identificaron que casi la mitad de los adolescentes en Lima reportaron haber consumido alcohol en el último año, destacando la influencia de factores personales, como la oferta de alcohol por parte de amigos o conocidos, como un fuerte predictor del consumo [35]. El consumo de tabaco y alcohol desde edades tempranas y la baja prevalencia de consumo de otras drogas resaltan la importancia de estrategias preventivas y educativas que aborden estas conductas de riesgo y promuevan la toma de decisiones saludables.
El 25,4 % de los estudiantes ha sido víctima de violencia, predominando las mujeres (14,5 %). Alpizar et al. [36] en Cuba encontraron un 35,7 % de víctimas de maltrato. El 39,1 % de los estudiantes fueron víctimas de violencia física y el 25,5 % de violencia psicológica. La falta de madurez emocional puede contribuir a estas conductas. La alta prevalencia de violencia y maltrato entre los adolescentes, especialmente en mujeres, indica una necesidad urgente de programas de apoyo psicológico y de prevención de la violencia, así como de educación emocional para fomentar relaciones saludables.
El inicio de relaciones coitales se dio en el 30,9 % de los estudiantes, mayormente varones, coincidiendo con el estudio del Ministerio de Salud de Perú [9]. La mayoría usó preservativo en su último encuentro sexual. Dieciocho de los treinta y cuatro estudiantes que iniciaron relaciones coitales tuvieron al menos dos parejas sexuales, similar a Velásquez et al. [37]. La educación sexual integral es esencial para informar a los adolescentes sobre la importancia del uso constante de preservativos y las consecuencias de las conductas sexuales de riesgo, promoviendo prácticas sexuales seguras y responsables.
Más de la mitad de los estudiantes se sintió solo con frecuencia en el último año y refirió haber estado preocupado hasta el punto de interferir con su sueño, posiblemente influenciado por el estrés durante la pandemia de la COVID-19 [14,38,39]. Un tercio de los estudiantes consideró el suicidio como una posibilidad, predominando las mujeres, similar a varios estudios [4042]. La alta incidencia de problemas de salud mental entre los adolescentes subraya la necesidad de una atención psicológica accesible y programas de intervención temprana que aborden el estrés, la ansiedad y la prevención del suicidio.
Estos resultados deben interpretarse con discreción debido al tamaño y tipo de muestra, que se focalizó en estudiantes de una sola institución educativa en Ayacucho. Por tanto, los hallazgos se aplican solo al contexto particular del estudio y no pueden extrapolarse a otras poblaciones. Así también, la recolección de datos a través de cuestionarios virtuales podría haber introducido sesgos de respuesta.
CONCLUSIONES
El estudio en la Institución Educativa Privada Federico Froebel de Ayacucho en 2021 reveló que la mayoría de los estudiantes tiene un peso saludable, aunque hay preocupaciones por el 40% con sobrepeso u obesidad. La actividad física es moderada, pero el sedentarismo y el consumo de gaseosas y comida rápida son prevalentes. Pocos estudiantes han fumado o usado drogas, aunque el consumo de alcohol comienza temprano, especialmente en varones. La salud mental es un área crítica, con muchos estudiantes experimentando soledad y preocupaciones graves, y un 36,5% considerando el suicidio. Las relaciones con padres y tutores son limitadas, y aunque hay tutores disponibles, no todos los estudiantes sienten apoyo adecuado. Estos hallazgos destacan la necesidad de programas que promuevan hábitos saludables y mejoren el bienestar emocional y social de los estudiantes.