Introducción
Tras la pandemia por COVID-19, se propusieron diversas terapias complementarias para su manejo, como la fitoterapia, cuyas propiedades antivirales, inmunoestimulantes, broncodilatadoras y antipiréticas pudieron aliviar los síntomas de la enfermedad y reducir sus complicaciones [1,2]. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja elaborar y usar políticas que respalden la atención de las necesidades en salud, construyendo y consolidando un cimiento de información para la administración activa de la medicina natural y complementaria (MNC), donde se conozcan tanto los beneficios como los riesgos potenciales de su aplicación [36].
Diversas plantas medicinales son utilizadas como medicamentos para aliviar síntomas del sistema respiratorio. Entre las más conocidas se encuentran: Tessaria integrifolia ("pájaro bobo"), que contiene euparina (inhibidor de cápside); Verbena officinalis ("verbena"), que es un antiviral y también alivia la fiebre; Ephedra americana ("pinco pinco"), que tiene actividad inmunoestimulante debido a la presencia de efedrina y pseudoefedrina, y se usa para tratar enfermedades respiratorias y como agente antialérgico [7]; Chuquiraga lessingiana ("huamanpinta"), que es un inmunomodulador [8]; Piper elongatum ("matico"), que es un antipirético y biocida, al igual que Mentha spicata y Valeriana officinalis, utilizadas para aliviar la fiebre [9]. Otras plantas usadas con fines medicinales incluyen Baccharis salicifolia ("chilca"), Caesalpinia spinosa ("tara"), Malva sylvestris ("malva") [10], Eucalyptus globulus ("eucalipto") [11], Borago officinalis ("borrajas") y Plantago major ("llantén") [10,11].
Estudios de implementación han sido desarrollados por varios autores. Un primer trabajo corresponde a Mendoza, quien determinó la aplicación efectiva de plantas medicinales para controlar la fiebre y el malestar general asociados a infecciones respiratorias [10,12]. De igual manera, Bravo y Cartuche encontraron nueve plantas medicinales para tratar las infecciones respiratorias leves, manteniendo un buen estado de salud físico y mental complementario a la atención médica [13]. Además, Maldonado et al. determinaron el uso e importancia de utilizar plantas medicinales para complementar el tratamiento del COVID-19 debido a las propiedades farmacológicas que poseen y que ya han sido investigadas, conociendo el principio activo que genera el efecto deseado [14].
El constante flujo de conocimientos derivados de nuevas investigaciones hace que los profesionales de diversas ramas de la salud estén en una continua asimilación de información, informándose y actualizándose. La prioridad es investigar y validar la medicina tradicional en Perú, con el fin de mejorar el sistema de salud [5,6]. Así pues, el objetivo de esta investigación es determinar el conocimiento de plantas medicinales utilizadas frente a COVID-19 entre los alumnos del séptimo al décimo ciclo de Farmacia y Bioquímica de la Universidad María Auxiliadora (UMA).
Metodología
Diseño y área de estudio
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en la UMA, la cual es una institución educativa que ofrece programas en Farmacia y Bioquímica, orientados a proporcionar una educación en el campo de las ciencias biomédicas. El estudio se llevó a cabo con estudiantes de Farmacia y Bioquímica, quienes cursaban desde el séptimo hasta el décimo ciclo, lo que asegura una base sólida de conocimientos y experiencia académica en el área de estudio.
Población y muestra
La población estuvo conformada por 524 alumnos del séptimo al décimo ciclo de la escuela profesional de Farmacia y Bioquímica de la UMA del semestre 2021-I. El tamaño de la muestra se calculó en base a un intervalo de confianza del 95%, con un error absoluto de 0,05 y una proporción esperada de 0,5 para el conjunto finito. Dando como resultado una muestra de 222, a este número se le sumó un 8% esperando dicha tasa de rechazo, teniendo una muestra final conformada por 240 estudiantes.
Variables e instrumentos
La variable principal es el nivel de conocimiento sobre plantas medicinales usadas durante la pandemia COVID-19, medido mediante una encuesta de 24 ítems divididos en cuatro dimensiones. El uso de plantas medicinales se evaluó con 5 ítems, con valores de alto (4 a 5 puntos), medio (2 a 3 puntos) y bajo (0 a 1 puntos. El conocimiento de plantas medicinales contra COVID-19 se evaluó con 5 ítems, con valores de alto (4 a 5 puntos), medio (2 a 3 puntos) y bajo (0 a 1 puntos). Las plantas medicinales usadas en la terapia del COVID-19 se midieron con 8 ítems, con valores de alto (6 a 8 puntos), medio (3 a 5 puntos) y bajo (0 a 2 puntos). Los efectos adversos del uso de plantas medicinales contra COVID-19 se evaluaron con 6 ítems, con valores de alto (5 a 6 puntos), medio (3 a 4 puntos) y bajo (0 a 2 puntos). Cada respuesta correcta otorgaba 1 punto, mientras que cada respuesta incorrecta otorgaba 0 puntos.
Para validar el instrumento, se realizó una validación de contenido por tres jueces expertos con grado de especialistas; la evaluación de la confiabilidad mostró un alfa de Cronbach de 0,804. Otras variables fueron la edad, sexo y ciclo de estudios.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis estadístico descriptivo. Las variables numéricas fueron categorizadas y se presentaron en tablas de frecuencias relativas y medidas de tendencia central. Los datos se analizaron utilizando el paquete estadístico STATA versión 15 y los gráficos se elaboraron en Excel 2016. Para el análisis de los resultados, se aplicaron criterios de agrupación para calificar los niveles de alto, medio o bajo en cuatro dimensiones: consumo de plantas medicinales (0 a 1 es bajo, 2 a 3 es medio, 4 a 5 es alto), conocimiento de plantas medicinales contra COVID-19 (0 a 1 es bajo, 2 a 3 es medio, 4 a 5 es alto), plantas medicinales usadas en la terapia del COVID-19 (0 a 2 es bajo, 3 a 5 es medio, 6 a 8 es alto), y efectos adversos del uso de plantas medicinales contra la COVID-19 (0 a 2 es bajo, 3 a 4 es medio, 5 a 6 es alto).
Aspectos éticos
Se preparó un documento de autorización y se obtuvo el permiso del director académico de la UMA, además de la aprobación del Comité de Ética de la UMA. Se coordinó con los docentes para facilitar la participación de los estudiantes, enviando correos electrónicos con instrucciones claras y el consentimiento informado. El cuestionario, diseñado en Google Forms, fue enviado a los estudiantes, con recordatorios para maximizar la tasa de respuesta. Los datos fueron procesados en Excel, garantizando en todas las etapas del estudio la confidencialidad y anonimato de los participantes, conforme a los principios de la Declaración de Helsinki. Los resultados se presentaron de manera agregada y se proporcionó un contacto para resolver dudas.
Resultados
En la Tabla 1 se puede observar que la mayoría de los estudiantes de Farmacia y Bioquímica de la UMA se encuentran en el décimo ciclo (40,8%), seguidos por aquellos en el noveno ciclo (21,7%). En cuanto a la distribución por grupo etario, el 37,5% de los estudiantes tienen entre 18 y 25 años, mientras que el 36,3% se encuentra en el rango de 25 a 35 años. Además, se destaca que el 57,1% de los estudiantes son de sexo femenino, en comparación con el 42,9% que son de sexo masculino.
Tabla 1. Características sociodemográficas de los estudiantes del séptimo al décimo ciclo de Farmacia y Bioquímica de la UMA
Variable | Frecuencia (n=240) | Porcentaje (%) |
---|---|---|
Ciclo | ||
Séptimo ciclo | 45 | 18,8 |
Octavo ciclo | 45 | 18,8 |
Noveno ciclo | 52 | 21,7 |
Décimo ciclo | 98 | 40,8 |
Grupo etario | ||
18-25 años | 90 | 37,5 |
25-35 años | 87 | 36,3 |
>35 años | 63 | 26,3 |
Sexo | ||
Masculino | 103 | 42,9 |
Femenino | 137 | 57,1 |
En la Tabla 2 se aprecia la distribución del nivel de conocimiento en plantas medicinales frente a COVID-19 entre estudiantes de Farmacia y Bioquímica de la UMA. El 59,6% de los estudiantes tiene un alto nivel de conocimiento, mientras que el 49,6% muestra un nivel medio en el uso de plantas medicinales contra COVID-19. En el uso de plantas en terapia, el 69,6% tiene un nivel medio, y el 49,6% conoce los efectos adversos en un nivel alto.
Tabla 2. Frecuencia y porcentaje del nivel de conocimiento en plantas medicinales frente a COVID-19 en estudiantes del séptimo al decimo ciclo de Farmacia Y bioquímica de la UMA.
Nivel de conocimiento | Uso de plantas medicinales n (%) | Plantas medicinales contra COVID-19 n (%) | Uso de plantas en terapia contra COVID- 19 n (%) | Efectos adversos del uso de plantas medicinales contra COVID-19 n (%) |
---|---|---|---|---|
Alto | 143 (59,6%) | 95 (39,6%) | 47 (19,6%) | 119 (49,6%) |
Medio | 71 (29,6%) | 119 (49,6%) | 167 (69,6%) | 73 (30,4%) |
Bajo | 26 (10,8%) | 26 (10,8%) | 26 (10,8%) | 48 (20,0%) |
Total | 240 (100,0%) | 240 (100,0%) | 240 (100,0%) | 240 (100,0%) |
La Figura 1 muestra que, en cuanto al uso general de plantas medicinales, los conocimientos tienen una media de 0,70±0,24. En la dimensión del uso de plantas medicinales específicamente contra COVID-19, los conocimientos tienen una media de 0,66±0,24, y en la dimensión del uso de plantas en terapia contra COVID-19, la media es de 0,66±0,19. Finalmente, en la dimensión de los efectos adversos del uso de plantas medicinales contra COVID- 19, los conocimientos presentan una media de 0,70±0,21.
Figura 1. Medidas y desviaciones estándar de las respuestas de conocimientos sobre el uso de plantas medicinales frente a COVID-19.
Discusión
En este estudio, la mayoría de los estudiantes (59,6%) del séptimo al décimo ciclo de Farmacia y Bioquímica de la UMA reportaron tener un conocimiento alto sobre el uso de plantas medicinales en general, mientras que el 29,6% presentó un conocimiento medio. Este hallazgo es consistente con el estudio realizado por Aguaiza y Simbaina [15] en las comunidades rurales de Cañar, Ecuador, donde se encontró un amplio conocimiento sobre plantas medicinales utilizadas para la prevención y tratamiento de enfermedades, con un fuerte componente de saberes ancestrales. En contraste, un estudio realizado en Santa Clara, Cuba, mostró que solo el 55% de los encuestados usaban plantas medicinales para prevenir o tratar síntomas de COVID-19, lo que sugiere un menor nivel de conocimiento o confianza en las plantas medicinales en ese contexto específico [16]. Asimismo, un estudio previo a la pandemia realizado en Brasil con estudiantes de enfermería encontró que se requería la promoción de estas prácticas medicinales debido a su conocimiento limitado en dicho tema [17].
Estos resultados subrayan la importancia de mantener y promover el conocimiento sobre plantas medicinales entre los estudiantes de ciencias de la salud, ya que su formación profesional puede beneficiarse significativamente de una comprensión profunda de los recursos terapéuticos alternativos. Se recomienda la inclusión de módulos educativos sobre etnobotánica y medicina tradicional en los currículos universitarios, para fortalecer la integración de conocimientos ancestrales y científicos, y fomentar una visión holística de la atención médica.
En este estudio, se encontró que un porcentaje menor de estudiantes (39,6%) del séptimo al décimo ciclo de Farmacia y Bioquímica de la UMA tenía conocimientos sobre el uso de plantas medicinales frente a COVID-19 en 2021. Este resultado es comparable con el estudio realizado en Santa Clara, Cuba, donde el 55% de los encuestados usaba plantas medicinales para prevenir o tratar síntomas de COVID-19, lo que indica un nivel más alto de conocimiento y confianza en esas prácticas en la población cubana [16]. Por otro lado, en las comunidades rurales de Cañar, Ecuador, se encontró un conocimiento amplio y ancestral sobre el uso de plantas medicinales, aunque no se enfocó específicamente en COVID-19 [15].
Estos hallazgos sugieren que, aunque existe un conocimiento apreciable sobre el uso de plantas medicinales en general, el conocimiento específico sobre su aplicación frente a COVID-19 es limitado entre los estudiantes, tal como lo señala el estudio de Lam et al. [18]. Este contraste podría deberse a la falta de difusión de información específica sobre el uso de plantas medicinales en el contexto de COVID-19 dentro del currículo educativo. Por lo tanto, se recomienda fortalecer la educación en este ámbito, incorporando estudios de casos recientes y promoviendo la investigación y el conocimiento actualizado sobre el uso de plantas medicinales en pandemias. Además, se podría fomentar la integración de conocimientos ancestrales y científicos en la formación de los estudiantes, asegurando una visión más holística y aplicada en el tratamiento y prevención de enfermedades.
Cuando se analizó el conocimiento respecto a las plantas medicinales contra COVID-19, se evidenció que el 49,6% de los alumnos presenta un conocimiento medio, lo cual sugiere que los conocimientos empíricos y culturales influyen en el aprendizaje de los alumnos. En su formación como químicos farmacéuticos, los alumnos tienen como uno de sus objetivos conocer los principios activos, funciones y efectos de las plantas medicinales como terapia alternativa o complementaria en el área de salud.
En relación con los resultados sobre el nivel de conocimiento en el uso de plantas medicinales en la terapia contra COVID-19, se encontró que fue alto (19,6%), medio (69,6%) y bajo (10,8%). Esto puede ser causado por el interés y la importancia prestada a buscar alternativas para combatir la pandemia de COVID-19, con el objetivo de brindar soporte y asistencia a la población para un buen manejo y seguimiento de la terapia. Se requiere la continuación de investigaciones para el desarrollo de mejores cursos orientados a la medicina complementaria y fitoterapia.
En el análisis del conocimiento respecto a los efectos adversos del uso de plantas medicinales contra COVID- 19, se encontró que el 49,6% de los estudiantes tenía un conocimiento alto, el 30,4% un conocimiento medio y el 20% un conocimiento bajo. En contraste, en las comunidades rurales de Cañar, Ecuador, el conocimiento sobre las propiedades y potenciales riesgos de las plantas medicinales es profundo, debido a la transmisión de saberes ancestrales [15]. Un estudio realizado en estudiantes de salud en Brasil sobre el conocimiento de plantas medicinales y efectos adversos encontró que, si bien los estudiantes contaban con un alto nivel de conocimientos sobre plantas medicinales, no era el esperado en el rubro de efectos adversos, por lo que se debe resaltar este aspecto al momento de realizar el plan de estudios del futuro personal de salud [19]. A pesar del potencial terapéutico de diversas plantas medicinales para aliviar los síntomas de COVID-19, la falta de estudios clínicos rigurosos que confirmen su eficacia y evalúen sus posibles efectos secundarios, especialmente en pacientes vulnerables, sigue siendo un obstáculo. El estudio de Al-Jamal destaca la necesidad de investigación adicional en este campo antes de recomendar su uso generalizado [20]. Estos resultados indican una necesidad crítica de mejorar la educación sobre los posibles efectos adversos de las plantas medicinales entre los estudiantes de Farmacia y Bioquímica, dado que el conocimiento actual es variado. Se recomienda implementar módulos específicos en los programas de estudio que aborden tanto los beneficios como los riesgos asociados con el uso de plantas medicinales, promoviendo un uso informado y seguro de estas terapias alternativas.
Una de las limitaciones del estudio es que se realizó en una sola institución educativa, lo que puede no reflejar la diversidad de conocimientos sobre plantas medicinales en otras universidades o contextos culturales. Además, el uso de encuestas autoadministradas en línea podría haber influido en la precisión de las respuestas debido a la falta de supervisión directa. Finalmente, la metodología descriptiva de corte transversal impide establecer relaciones causales entre las variables estudiadas.
Conclusión
En conclusión, los estudiantes de Farmacia y Bioquímica de la UMA muestran un conocimiento mayoritario sobre plantas medicinales frente a COVID-19, aunque menos de la mitad reconoce su uso específico contra el virus. La mayoría tiene un conocimiento intermedio sobre su uso en terapia y casi la mitad está al tanto de los efectos adversos. Sin embargo, una minoría significativa presenta un conocimiento bajo en todas las dimensiones evaluadas, subrayando la necesidad de una mayor formación en este ámbito. Estos resultados sugieren la necesidad de fortalecer la educación sobre el uso específico y los efectos adversos de las plantas medicinales en el contexto del COVID-19, para asegurar un conocimiento más integral entre los futuros profesionales.